Las enfermedades de transmisión sexual siempre parecen un tema tabú. Nos da vergüenza hablar de ellas, como si hubiésemos hecho algo malo ¡Nada más lejos de la realidad! Lo que pocos saben, es que son muy frecuentes, y que más de la mitad de las personas, en algún momento, tendrán una infección por transmisión sexual de algún tipo. Una de las más comunes es la vinculada al VPH (Virus del Papiloma Humano)
En la actualidad la infección por VPH se considera la enfermedad de transmisión sexual más frecuente entre las mujeres sexualmente activas. Es probable que la mayoría de las mujeres hayan estado en contacto con el VPH, pero al ser una infección asintomática, habrá pasado desapercibida porque nuestro sistema inmune soluciona la infección la mayoría de las veces. Esto sucede sobre todo en mujeres jóvenes. El problema empieza cuando el sistema inmune no puede solucionar la infección y este virus no sólo ataca a la superficie del cuello del útero sino que empieza a producir una lesión.
¿Qué prueba hay que realizarse para la detección del VPH?
La citología es la prueba que detecta las lesiones producidas en el cuello del útero por el VPH. Las lesiones pueden ser de bajo grado o de alto grado y cada una de ellas va a necesitar unos controles y la realización de otras pruebas como la detección específica del VPH, la realización de colposcopia, biopsias, etc.
Si me detectan el VPH ¿Cuál es el siguiente paso?
Ante una lesión por VPH, lo más probable es realizar una colposcopia. Es una prueba en la que mediante un espéculo y unas tinciones especiales, el ginecólogo podrá observar la superficie del cuello del útero con una lupa a gran aumento. De este modo podrá detectar, si la hubiese, alguna lesión visible para realizar una biopsia y tener más información.
Todos estos estudios van destinados a confirmar la desaparición espontanea de estas lesiones, puesto que si perduran en el tiempo pueden progresar y con los años llegar a malignizarse.
Dentro del VPH ¿Cuáles son de alto riesgo?
Los serotipos que más frecuentemente infectan y que más potencial de malignización tienen son el VPH 16 y 18. A ellos se les atribuye el 70% de los casos de cáncer de cuello de útero.
¿Cómo se puede prevenir la infección por VPH?
Manteniendo relaciones sexuales sanas y utilizando siempre condón disminuirás los riesgos.
Además, hoy en día, existen dos vacunas (Gardasyl y Cervarix). Gracias a la protección cruzada que tienen estas vacunas, también protegen contra la infección de otros tipos de VPH con una eficacia muy alta. Pero hay que tener una cosa clara ¡Se trata de una vacuna preventiva, no curativa!
Aprovecha tu revisión ginecológica y pide información a tu médico sobre estas vacunas y las dudas que te surjan. Encontrarás otra información de interés en Prevención del Virus del Papiloma Humano. Alimentación