La importancia de una correcta higiene íntima de la mujer
La correcta higiene íntima de la mujer se consigue a través de una serie de cuidados específicos. Debido a las características biológicas de las zonas íntimas, estos cuidados deben observarse minuciosamente para así evitar infecciones y otras patologías tales como la candidiasis y la cistitis.
La salud de la zona íntima de la mujer, depende de la presencia de una flora bacteriana, que tiene un papel protector frente a patógenos externos. Cuando existe una alteración de ese medio, es decir del ph, esta flora se altera, lo que conlleva un incremento del riesgo de infección.
Un ejemplo de esto es la candidiasis vulvovaginal, una infección común, producida por el excesivo crecimiento de la candida albicans, que es un hongo presente en pequeñas cantidades en diferentes partes del organismo como la vagina, la boca, la piel o el tracto gastrointestinal. Cuando existe un desequilibrio de los mecanismos defensivos a estos niveles, la cándida tiende a proliferar, generando una serie de síntomas.
Para evitar la candidiasis y favorecer una correcta higiene íntima, debemos intentar mantener la zona genital seca y evitar el uso de soluciones jabonosas de ph inadecuado. Además, prevenir la utilización de tratamientos antibióticos realizando una adecuada profilaxis con probióticos, una dieta adecuada y cuidar las relaciones sexuales utilizando preservativos en caso de infección. Por otra parte, si tienes diabetes, es importante mantener niveles adecuados de azúcar y por supuesto, acudir al especialista en el momento de aparición de cualquier síntoma anómalo.
Una higiene incorrecta de la zona íntima también puede predisponer a una cistitis, causando una inflamación e infección de la vejiga provocada principalmente por bacterias. El Escherichia coli produce el 80% de los casos de contaminación de las vías urinarias, y que acceden desde el ano hasta llegar a la vejiga. Otros factores que pueden predisponer a una cistitis, son: malformaciones del aparato urinario, cálculos renales, la diabetes, las relaciones sexuales, el embarazo, el estrés, el estreñimiento y la menopausia.
Para prevenir la cistitis se recomienda beber al menos 1 litro de agua al día, combatir el estrés, aumentar las defensas inmunitarias mediante una dieta adecuada y la utilización de complejos vitamínicos o probióticos.
Además, se aconseja evitar la ropa ajustada y adecuar las características de la misma a la temperatura externa para no pasar frío y cambiar regularmente la ropa interior. Prevenir el estreñimiento y evitar las retenciones urinarias, utilizar soluciones jabonosas adecuadas y por último, limpiar la zona íntima siempre desde adelante hacia atrás, en dirección al ano, para evitar la contaminación de las vías urinarias.
Productos para la higiene de la zona íntima de la mujer
Los productos para la higiene íntima de la mujer juegan un papel muy importante en la salud de esa zona. Para elegir el producto adecuado, debe conocerse previamente el ph vaginal, la medida del mismo es fácil de obtener mediante la utilización de tiras reactivas aplicadas sobre un fluido vaginal, lo que se puede realizar en una consulta ginecológica rutinaria.
Antes de adquirir un producto de higiene íntima, pide a tu ginecólogo que mida tu ph vaginal, y podrás elegir el más adecuado para ti.
Cuando existe una alteración del ph, se incrementa el riesgo de padecer una infección en la zona, lo que se asocia a síntomas como la sensación de sequedad vaginal, picor, irritación o dispareunia.
Otros factores que influyen en la salud de la zona íntima de la mujer
La edad de la mujer también es un factor a considerar, el ph de la piel que conforma la vulva y la vagina, cambia a lo largo de la vida de la mujer.
Durante la pubertad, el ph se mantiene en 7. Lo mismo ocurre en la menopausia y durante la menstruación. Sin embargo, en la edad fértil y durante la gestación, el ph se mantiene entre 4,5 y 5.
La elección del ph de los distintos productos higiénicos variará por tanto, en función de la edad. En la mujer fértil debemos utilizar aquellos con un ph en torno a 5. En las niñas y en las mujeres menopáusicas se debe optar por productos con ph 7. Los aconsejados durante el embarazo deben tener un ph de 3,5.
Por el contrario, la utilización de productos de higiene íntima sin tener en cuenta el ph adecuado, no es recomendable.
El uso de preservativos puede modificar el equilibrio natural de la flora bacteriana.
Las prendas íntimas que contienen fibras sintéticas, pueden generar procesos irritativos, e incluso, reacciones alérgicas.
El número excesivo de lavados y duchas vaginales rompe el equilibrio biológico de la zona y lesiona la piel.
La toma indiscriminada de antibióticos, sin prescripción médica, que lesión la flora bacteriana vaginal.
Las esponjas y productos similares pueden convertirse en reservorio de agentes patógenos y, por lo tanto, no deben ser utilizados.
Dr. José María Fernández Moya · Director Médico · Instituto de Medicina EGR