La tristeza es un sentimiento inherente a la experiencia humana. Sin embargo, cuando se trata de un desaliento profundo, desesperación y/o un sentimiento de vacío, y genera un malestar o deterioro clínicamente significativo en el funcionamiento de la persona con respecto a su estado anterior (p. ej., evitación de actividades sociales; disminución de la productividad y la eficiencia en el trabajo, la escuela o en casa), se debe sospechar de la presencia de un trastorno depresivo.
La depresión se ha convertido en uno de los problemas más comunes y graves de nuestra sociedad. No entiende de raza, estatus socioeconómico, género o edad. En el Instituto de Medicina EGR, nuestro equipo de psicólogos tratarán los distintos tipos de depresión de manera cercana, personalizada y ágil en el diagnóstico y tratamiento.
FACTORES DE RIESGO PARA PRESENTAR DEPRESIÓN
Temperamentales: la afectividad negativa hace que los sujetos se vuelvan más proclives a desarrollar episodios depresivos en respuesta a los acontecimientos vitales estresantes.
Ambientales. Los acontecimientos vitales estresantes (p. ej., duelo, ruina económica, pérdidas debidas a una catástrofe natural, una enfermedad o discapacidad grave) pueden convertirse en precipitantes para los trastornos depresivos.
En muchos casos (p.ej., el duelo), el desánimo puede disminuir de intensidad en días o semanas y producirse en oleadas que tienden a asociarse a pensamientos o recuerdos específicos. De hecho, puede aparecer un humor y emociones positivas que no son característicos de la intensa infelicidad y miseria que caracteriza a los trastornos depresivos. Asimismo, la autoestima por lo general se conserva, mientras que en un cuadro depresivo son frecuentes los sentimientos de no valer para nada y de desprecio por uno mismo. En todo esto, será crucial el criterio clínico, basado en la historia del individuo y en las normas culturales para la expresión del malestar en el contexto de la pérdida, para decidir si se trata de la presencia de un episodio de depresión mayor además de la respuesta normal a una pérdida significativa.
Genéticos y fisiológicos. La presencia de trastornos depresivos en los familiares de primer grado hace que exista un riesgo de dos a cuatro veces mayor que el de la población general, especialmente en las presentaciones de inicio temprano y recurrentes. La heredabilidad es de aproximadamente el 40 %, y los rasgos neuróticos de la personalidad cuentan en proporción considerable para esta asociación genética.
La presencia de otros trastornos puede aumentar el riesgo de que un sujeto desarrolle depresión. El trastorno por consumo de sustancias, la ansiedad y el trastorno límite de la personalidad se encuentran entre los más frecuentes. Asimismo, las enfermedades médicas crónicas o discapacitantes (p.ej.,la diabetes, la obesidad mórbida y la patología cardiovascular) también aumentan el riesgo.
CUÁLES SON LOS TIPOS DE DEPRESIÓN
Trastorno de depresión mayor: cinco (o más) de los siguientes síntomas están presentes la mayor parte del día, casi todos los días durante al menos dos semanas..
- Sentimientos acusados de tristeza, vacío y/o desesperanza. En niños y adolescentes, el estado de ánimo puede ser irritable.
- Disminución importante del interés o el placer por todas o casi todas las actividades.
- Pérdida importante de peso sin hacer dieta o aumento de peso (p. ej., modificación de más de un 5% del peso corporal en un mes) o disminución/aumento del apetito. En los niños, considerar el fracaso para el aumento de peso esperado.
- Insomnio o hipersomnia.
- Agitación o retraso psicomotor (observable por parte de otros, no simplemente la sensación subjetiva de inquietud o de enlentecimiento).
- Fatiga o pérdida de energía.
- Sentimiento de inutilidad o culpabilidad excesiva o inapropiada (que puede ser delirante, no tratándose simplemente del autorreproche o culpa por estar enfermo).
- Disminución de la capacidad para pensar o concentrarse, o para tomar decisiones.
- Pensamientos de muerte recurrentes (no sólo miedo a morir), ideas suicidas recurrentes sin un plan determinado, intento de suicidio o un plan específico para llevarlo a cabo.
La clasificación para el diagnóstico del trastorno de depresión mayor se basa en si es un episodio único o recurrente, en la gravedad actual (leve, moderado, grave), en la existencia de características psicóticas si las hubiera y el estado de remisión (parcial, total) cuando no se cumplen todos los criterios
Trastorno de desregulación disruptiva del estado de ánimo: la sintomatología aparece antes de los 10 años, pero el diagnóstico no debe hacerse antes de los 6 años o después de los 18 años. El rasgo central es una irritabilidad crónica, grave y persistente, que ocurre en al menos dos ambientes (p.ej., casa y colegio) y es inapropiado para el grado de desarrollo del niño. Se dan accesos de cólera frecuentes (3 o más veces a la semana en al menos un año) que ocurren en respuesta a la frustración y pueden ser verbales y/o conductuales (agresividad contra objetos, uno mismo y otras personas) y cuya intensidad o duración son desproporcionadas a la situación o provocación. El estado de ánimo entre los accesos de cólera es persistentemente irascible o de enfado crónico la mayor parte del día, casi todos los días y es apreciable por otras personas del entorno del menor.
Trastorno depresivo persistente (distimia): se caracteriza por un ánimo deprimido que aparece la mayor parte del día, está presente más días que los que está ausente, durante un mínimo de dos años. En niños y adolescentes, el estado de ánimo puede ser irritable y la duración ha de ser como mínimo de un año. Cualquier intervalo sin síntomas dura como máximo dos meses.
Durante los períodos de ánimo deprimido deben presentarse al menos dos de los síntomas siguientes:
- Poco apetito o sobrealimentación,
- Insomnio o hipersomnia,
- Poca energía o fatiga,
- Baja autoestima,
- Falta de concentración o dificultad para tomar decisiones,
- Sentimientos de desesperanza.
Trastorno disfórico premenstrual: en la mayoría de los ciclos menstruales del último año, al menos cinco de los síntomas siguientes han de haber estado presentes en la última semana antes del inicio de la menstruación, empezar a mejorar unos días después del inicio de la menstruación y hacerse mínimos o desaparecer en la semana después de la menstruación:
- Labilidad afectiva intensa (p. ej., cambios de humor, de repente está triste o llorosa, o aumento de la sensibilidad al rechazo).
- Irritabilidad intensa o enfado, o aumento de los conflictos interpersonales.
- Estado de ánimo intensamente deprimido, sentimiento de desesperanza o ideas de autodesprecio.
- Ansiedad, tensión y/o sensación intensa de estar excitada o con los nervios de punta.
- Disminución del interés por las actividades habituales (p. ej., trabajo, escuela, amigos, aficiones).
- Dificultad subjetiva de concentración.
- Letargo, fatigabilidad fácil o intensa falta de energía.
- Cambio importante del apetito, sobrealimentación o anhelo de alimentos específicos.
- Hipersomnia o insomnio.
- Sensación de estar agobiada o sin control.
- Síntomas físicos como dolor o tumefacción mamaria, dolor articular o muscular, sensación de «hinchazón» o aumento de peso.
Para confirmar el diagnóstico provisional se requieren evaluaciones diarias prospectivas de los síntomas durante al menos dos ciclos sintomáticos.
La intensidad y la expresividad de los síntomas pueden estar estrechamente relacionadas con las características sociales y culturales de la mujer afecta, de sus perspectivas familiares y de otros factores más específicos, como las creencias religiosas, la tolerancia social y aspectos relacionados con el papel de la mujer.
Trastorno depresivo inducido por una sustancia/medicamento: se caracteriza por un estado de ánimo deprimido, disminución notable del interés o placer por todas o casi todas las actividades. Estos síntomas se han desarrollado durante o dentro del mes posterior al consumo de una sustancia capaz de producir un trastorno depresivo y persisten más tiempo de lo esperable sobre los efectos fisiológicos o del período de intoxicación o de abstinencia.
Trastorno depresivo debido a otra afección médica: se trata de un período de tiempo importante y persistente de estado de ánimo deprimido, o una disminución notable del interés o del placer en todas o casi todas las actividades, que está relacionado con los efectos fisiológicos directos de otra afección médica. Una consideración es la presencia de una asociación temporal entre el comienzo, la exacerbación o la remisión de la afección médica general y la alteración del ánimo. Una segunda consideración es la presencia de rasgos que son atípicos en los trastornos del ánimo primarios (p. ej., una edad atípica de comienzo, un curso atípico o ausencia de historia familiar).
Otro trastorno depresivo especificado: se aplica a presentaciones en las que predominan los síntomas característicos de un trastorno depresivo pero que no cumplen todos los criterios de ninguno de los trastornos de dicha categoría diagnóstica. Se utiliza en situaciones en las que el clínico opta por comunicar el motivo específico por el que la presentación no cumple los criterios de un trastorno depresivo específico (p. ej., «episodio depresivo de corta duración»).
Otro trastorno depresivo no especificado: se utiliza en situaciones en las que el clínico opta por no especificar el motivo de incumplimiento de los criterios de un trastorno depresivo específico, e incluye presentaciones en las que no existe suficiente información para hacer un diagnóstico más específico (p. ej., en servicios de urgencias).
TIPOS DE TRATAMIENTO
En el Instituto de Medicina EGR, realizamos diferentes tratamientos para la depresión dependiendo de cada caso. Los tratamientos más comunes son la medicación, la terapia psicológica y/o la combinación de ambas.
Los antidepresivos se utilizan para corregir los desequilibrios en los niveles de las sustancias químicas del cerebro, principalmente la serotonina, la norepinefrina y dopamina.
La terapia psicológica ayuda a que la persona se conozca mejor, descubra los recursos que ya dispone y pueda aprender aquellos que sean necesarios para saber sobreponerse de manera saludable a los contratiempos de la vida diaria, así como para modificar los sistemas de creencias y comportamientos limitantes y bloqueantes que presenta.
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Cinthia Sánchez Pacha, Psicóloga.
Especialidad de Psicología en el Instituto de Medicina EGR