Tener un tatuaje que ya no nos identifica, emociona o simplemente nos resulta incómodo es una cuestión que ya no debe preocuparnos. Son muchas las personas que se han decidido por quitar un tatuaje que ya no les convence, la gran mayoría lo hacen por amor o trabajo, así que también son muchos los tratamientos que se han desarrollado para satisfacer esta demanda.
En la actualidad, la forma más recomendable de quitar un tatuaje es con la ayuda de la tecnología láser, que ofrece unos resultados definitivos y prácticamente no daña la piel. Pero existen otros métodos más antiguos y menos efectivos que aún se mantienen en el mercado y queremos también comentar en este artículo.
Antes de entrar en detalle, lo más importante para determinarnos por un tratamiento u otro, es consultar con un dermatólogo especializado para que estudie nuestro caso, nos aconseje sobre el tratamiento más adecuado para conseguir los resultados deseados y nos informe en qué consiste el proceso, y los cuidados que necesitamos tomar.
Ahora sí, pasamos a valorar las diferentes técnicas que existen para eliminar tatuajes.
Técnicas para quitar un tatuaje
- Tecnología Láser. El tratamiento de borrado de tatuajes con láser se considera el mejor . El láser emite ráfagas de luz pulsada directamente sobre el pigmento del tatuaje para convertirlo en pequeñas partículas que son absorbidas y eliminadas por el propio organismo. El proceso dura 18 meses aproximadamente, pues se necesita entre 6 y 10 sesiones en intervalos de 2-3 meses.
- Cirugía. Especialmente indicado para tatuajes pequeños. Se trata de una intervención quirúrgica en la que se elimina la zona tatuada con una escisión que posteriormente se cierra y deja una pequeña cicatriz. Es la solución más rápida y sólo recomendada para tatuajes muy pequeños.
- Dermoabrasión. En este caso, se emplea una técnica abrasiva que poco a poco va eliminando las capas más superficiales de la piel hasta conseguir quitar el tatuaje de forma definitiva. En este caso el proceso también tiene una duración de unos 18 meses aproximadamente
Existen en el mercado otras técnicas no tan efectivas y menos recomendables, pero es interesante observarlas para poder discernir y no adentrarnos en soluciones que no nos aporten los resultados prometidos por desconocimiento.
- Camuflaje de tatuaje o cover-up. Esta solución propone volver a tatuar el tatuaje con el color natural de nuestra piel y mimetizarlo con el resto de tejido. Los resultados que se consiguen con esta técnica no son tan naturales como en los casos anteriores, dado que el tejido tatuado pierde translucidez al ser pigmentado.
- Salabrasión. Exfoliación de la piel con una solución salina con el objetivo de eliminar las capas más superficiales y con ello el tatuaje. Se trata de una de las técnicas más antiguas, es muy agresiva para la piel y está desactualizada.
- Cremas y productos cosméticos. Producto que no garantiza la eliminación del tatuaje, además no todas las cremas ofrecen el mismo resultado ni tampoco son siempre bien asimiladas. Mucho cuidado con las promesas y garantías que ofrecen estos productos para aumentar las ventas.
- ATC o ácido tricloroacético. Técnica muy popular en la década de los 70-80, cuando la tecnología láser no era tan sofisticada. Se trata de un agente químico abrasivo que elimina las primeras capas de la dermis y aclarar la apariencia de la zona tatuada. Es un producto poco recomendado por el alto riesgo de quemaduras y agresiones graves en la dermis.
Una vez elegido el mejor tratamiento, no debemos olvidar que la efectividad de éste está determinada por las habilidades del profesional que lo practica, el color y tipo de la piel a tratar, las características del tatuaje y las técnicas utilizadas por el tatuador para elaborarlo. Por esta razón, antes de comenzar un proceso para quitar un tatuaje, es conveniente estudiar detenidamente estas cuestiones con un dermatólogo especializado en este área.
Quitar un tatuaje con tecnología láser
Tras la exposición de las distintas soluciones que existen en el mercado para quitar un tatuaje, nos centramos en la tecnología láser dada su efectividad y garantía de éxito. Es el único tratamiento que destruye la tinta del tatuaje de forma selectiva sin afectar a la piel circundante. Eso sí, es eficaz siempre que sea realizado por dermatólogos con experiencia en un centro médico que disponga de tecnología láser con las longitudes de onda necesarias para eliminar cada color, por eso es aconsejable acercarse a un centro médico estético de confianza.
Éstas son algunas de las preguntas más frecuentes que los pacientes se hacen antes de plantearse un tratamiento láser
¿Cómo funciona el láser?
El láser es una fuente de luz que se dirige directamente al pigmento sin dañar el tejido que le rodea. Atraviesa las capas superiores de la piel fragmentando los pigmentos del tatuaje, hasta convertirlos en partículas muy pequeñas que nuestro propio organismo absorbe y elimina. Se trata de un tratamiento tópico en el que no se pincha ningún tejido, de forma que no daña ni produce marcas o cicatrices.
Las pulsaciones de luz que emite el láser son parametrizables según las características de la piel y el tatuaje del paciente, por lo es necesario que sea realizado por profesionales expertos.
¿Cuántas sesiones necesito?
Expertos indican que los tratamientos para quitar un tatuaje oscilan entre las 6 y 10 sesiones. El volumen de sesiones lo determina las características del tatuaje y la piel del paciente: color del pigmento (el negro se elimina más fácil que el verde y azul, colores tradicionalmente más resistentes a la desfragmentación con láser), cantidad de tinta, capas de piel atravesadas por el tatuaje, cicatrización y extensión.
La duración de cada sesión también es variable, el tamaño del tatuaje y la tolerancia al dolor determinan el tiempo de cada sesión, que oscila entre 2 a 10 minutos.
Además, es necesario un descanso de 2 a 3 meses entre sesión y sesión, para permitir al organismo eliminar el pigmento fragmentado, por lo que el proceso suele tardar entre 12 a 18 meses aproximadamente.
¿Qué cuidados he de seguir durante el tratamiento?
No exposición al sol. Es muy importante cubrir la zona tratada para que no tenga ningún tipo de contacto con los rayos solares, por ese motivo se recomienda hacer el tratamiento en épocas de frío y taparla con gasas u otros tejidos en caso de exposición a la luz solar.
Limpiar y desinfectar la zona tratada. Antes y después de cada sesión láser, es necesario aplicar una crema tópica antibiótica para disminuir el riesgo de infección. Es importante no frotar ni rascar la zona tras la sesión, en caso de molestias lo más recomendable es limpiar la zona con agua para conseguir aliviarla.
¿El tratamiento láser tiene algún efecto secundario?
Tiene muy pocos efectos secundarios, de hecho, realizado por un buen profesional, no deja cicatrices e incluso se puede conseguir muy buenos resultados con personas con problemas de cicatrización o queloides.
En casos excepcionales pueden darse dos anomalías, la hiperpigmentación o abundancia de color en la zona tratada, y la hipopigmentación o pérdida de color de la zona tratada.
El proceso de quitar un tatuaje es largo y no es una decisión fácil de tomar, si aún os queda alguna duda al respecto, dejarla en los comentarios para que os podamos asesorar.
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