La ecografía es una técnica de diagnóstico utilizada en los controles prenatales que permite ver la estructura del bebé, observar la evolución del embarazo y detectar posibles anomalías fetales. Aunque esta sea una de las aplicaciones más comunes y por la que habitualmente la conocemos, al tratarse de un procedimiento para obtener imágenes de muchas de las estructuras blandas de nuestro organismo, tiene una amplia gama de aplicaciones como por ejemplo, explora la vesícula biliar, hígado, riñones o bazo.
La ecografía funciona con ultrasonidos. Éstos son emitidos por un transductor y penetran en el cuerpo para rebotar sobre las partes blandas del cuerpo emitiendo un eco con diferentes amplitudes de onda que son procesadas por un ordenador y representadas posteriormente en una imagen.
Centrándonos en el diagnóstico prenatal, veamos qué tipos de ecografías podemos encontrar en un centro médico o clínica de fertilidad:
- Ecografía morfológica o 2D. Es la más utilizada y proporciona toda la información necesaria para observar la evolución del embarazo y detectar posibles anomalías fetales. Representa una imagen en un único plano bidimensional.
- Ecografía Doppler color. Se emplea fundamentalmente para estudiar los vasos sanguíneos y el corazón del bebé. Se trata de una ecografía 2D o bidimensional en la que se colorea la sangre con diferentes tonalidades entre rojo y azul según su dirección y sirve para determinar si la circulación sanguínea del bebé funciona correctamente.
- Ecografía Doppler pulsado. Proporciona una representación gráfica, también bidimensional, del patrón de flujo y cantidad de sangre que transita a través de un vaso sanguíneo concreto en un tiempo determinado. Da información sobre el funcionamiento de la placenta, la oxigenación fetal o el riego sanguíneo, entre otros.
- Ecografía 3D. Proporciona información volumétrica del feto, permitiendo estudiar tanto la estructura superficial del feto, como las estructuras internas: esqueleto y otros órganos. Se diferencia de la 2D en que ésta última presenta una imagen plana del feto, mientras que la 3D aporta una imagen con volumen y mayor nitidez, sobre la que se puede extraer diferentes planos y así conseguir una mejor evaluación del feto.
- Ecografía 4D. Se trata de la imagen conseguida en la ecografía 3D, pero en tiempo real, es decir, si antes la 3D era una imagen volumétrica fija, la ecografía 4D le aporta movimiento. Esta tecnología consigue reproducir más o menos 24 imágenes 3D en un segundo, lo que aporta movimiento a la imagen.
Las ecografías 3D y 4D han revolucionado el diagnóstico prenatal cargándolo de emotividad, fortaleciendo vínculos y generando recuerdos. Algunos servicios ecográficos ofrecen reportajes con ecografía 4D en los que proporcionan, además de una ecografía 2D convencional con los datos más relevantes sobre la salud del feto, un video con imagen 3D del bebé, centrándose principalmente en su aspecto físico.
Cuándo es recomendable realizar una ecografía 4D
Son tres las ecografías recomendadas en un embarazo y éstas son bidimensionales.
Si estamos en las primeras semanas de embarazo (menos de 10), el embrión es demasiado pequeño para visualizarlo con esta técnica, así que se suele proceder con una ecografía vaginal, donde la sonda se introduce por el conducto vaginal para conseguir un mejor visionado. En los demás casos, las ecografías son abdominales.
En caso de realizar una ecografía 4D, la elección del momento idóneo depende del resultado que queramos obtener. En caso de querer obtener un video en movimiento de la figura completa del bebé, es recomendable realizar la ecografía 4D entre las 16 y 22 semanas de embarazo. Si lo que se pretende es obtener una imagen con los rasgos y características físicas del bebé es recomendable esperar has la semana 24-32 de embarazo para realizar la ecografía 4D.
Ventajas y riesgos
Un aspecto a tener en cuenta a la hora de decantarnos por una ecografía 4D, es que ésta no remplaza la ecografía bidimensional ordinaria que periódicamente se realizan en los controles rutinarios del embarazo. Por ser más novedosa y estar tecnológicamente más avanzada, no quiere decir que la información de diagnóstico que proporciona la ecografía 4D sea mayor. Sí que puede considerarse una información complementaria, dado que proporciona imágenes más nítidas y permite observar aspectos del feto que quizá han pasado desapercibidos en una imagen bidimensional.
Las principales ventajas de la ecografía 4D, como ya hemos indicado, son la calidad y nitidez de la imagen a la que se le asocia la capacidad para identificar anomalías en el feto como labio leporino, espina bífida o problemas de corazón, entre otras.
En cuanto a los riesgos, la ecografía es una técnica no invasiva basada en ultrasonidos y a la que no se le asocia ninguna contraindicación o perjuicio para la salud. Sí que existen advertencias respecto al uso y abuso de estas técnicas de diagnóstico, que abogan especialmente al sentido común. Conviene hacer hincapié en que la oferta de ecografía 4D es un servicio en auge y facilitado por muchas clínicas y especialistas. A este respecto, es recomendable ser prudente a la hora de seleccionar la clínica ginecológica y el especialista que nos realice dicha prueba.
El embarazo es un periodo cargado de emotividad y expectación, donde detalles como la imagen del bebé pueden hacernos conectar con estados emocionales muy positivos y llenarnos de bienestar. La ecografía 4D puede facilitarnos el acceso a esos momentos de conexión con nuestro imaginario más positivo y nuestro bebé.
Qué opinas al respecto, ¿te animarías a realizarte una ecografía 4D?
Autor: Dr. José María Fernández Moya – Ginecología y obstetricia Madrid